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Rallye de Canarias 2004
« Volver ·20.04.2004 · Rally
Acudía al Shakedown para comprobar que el coche estaba a punto. En las dos primeras pasadas el coche no se comportaba muy bien con el piso húmedo. Esperaba a que se secara el asfalto y volvía a dar dos pasadas encontrándome muy a gusto con el coche. Me daba tiempo de ver rodar a los super 1.600 y me impresionaba lo rápido que rodaban. Me quedaba la duda de dónde podía estar pero estaba muy animado y creía que podía ganar.

Llegaba el primer tramo y decidía correr todo lo que podía arriesgando desde la primera curva. Me salía un buen tramo y deseaba llegar a la pancarta para ver los tiempos, donde saltaba la sorpresa, le habíamos sacado casi diez segundos a todos los coches oficiales.

En el segundo tramo tenia el primer problema del rallye. Todo iba perfecto, pero al llegar al cruce de Las Emisoras intentaba tirar del freno de mano para girar pero no trancaba el freno y me quedaba pegado al muro. Intentaba meter la marcha atrás y no había forma, era desesperante. El público nos empujaba y al poner la primera con el embrague pisado el coche se calaba perdiendo en dicho cruce 35 segundos. Seguía hasta el final con un monumental enfado y en meta perdía 25 segundos con la cabeza del rallye.

En Tejeda salía a por todas, había que recuperar. Tenia un tiempo de referencia en una versión mas corta del Rallye Teror del pasado año y Rubén me cantaba 25 segundos mejor. Al llegar a meta, marcaba el mejor tiempo, casi seis segundos del primer super 1.600.

En el tramo de san Mateo tenía que seguir recuperando. Confiaba que podía pelear por ganar el rallye y arriesgaba muchísimo, hasta encontrarme al copiloto de Hevia con el cartel de emergencia. Nada más llegar a meta comunicaba que mandaran la ambulancia porque se habían dado un fuerte golpe. Hacíamos un buen tiempo, 5´5 segundos mejor que el líder.

Llegaba al primer parque de trabajo y ya habíamos remontado hasta el segundo puesto a sólo 1´1 de Ojeda, líder del rallye. Los mecánicos revisaban el coche sin problema.

Salía en el tramo de Arucas con la intención de ponernos líderes. Estaba muy cómodo con el coche y seguía arriesgando porque sólo pensaba en ganar el rallye y no en el Campeonato Regional. En meta le endosábamos 7´4 a Ojeda. Ya éramos primeros.

Volvíamos al tramo de Artenara, me preocupaba muchísimo el cruce de Las Emisoras, ya que, teníamos problemas con el freno de mano y al no girar el coche temía que pasara lo de la pasada anterior. Decidía seguir atacando y por Pinos de Galdar sólo pensaba en dicho cruce. Al llegar al cruce paraba el coche para intentar girar de una sola vez pero era imposible, por suerte esta vez si entraba la marcha atrás y sólo perdía 10 segundos. Seguía hasta el final. En el control stop nos daban el mejor tiempo, casi 10 segundos mejor.

Para el tramo de Tejeda, Rubén y yo cambiábamos los neumáticos de un tren a otro. Hacíamos el tramo sin problemas y sacábamos 4´4 a Ojeda que era el segundo clasificado.

En Roque Nublo – Cueva Grande volvía a correr todo lo que podía para aumentar la diferencia. El tramo nos estaba saliendo bien hasta el cruce de Cueva Grande. A partir de ese cruce empezaba la niebla y tenia la mala suerte de alcanzar a mi hermano que había tenido problemas. Me costaba un poco adelantarle, ya que, la niebla nos impedía ver bien. El llegar a meta sólo le sacábamos 3´1 a Ojeda.

Llegaba a la asistencia como líder del rallye, 23 segundos por delante de Ojeda. El tiempo comenzaba a amenazar de lluvia. La decisión de la monta de neumáticos no era fácil y cometía un error imperdonable. Salía con neumáticos de seco con unos cortes para dar salida al agua si llovía.

En el tramo de Arucas comenzaba mi calvario, era un susto en cada curva. Los neumáticos con la lluvia no cogían temperatura y no había forma de que el Skoda traccionara. En meta nos encontrábamos con un tiempo malísimo, había perdido casi 15 segundos con la cabeza.

Para el tramo de Artenara cambiaba Rubén los tarados de suspensión para intentar no perder mucho tiempo. El tramo estaba muy mal y patinaba muchísimo. Lo pasábamos fatal, con muchos sustos. Perdíamos 40 segundos con Jose Mari, que había acertado con los neumáticos mixtos. Perdía la primera plaza del rallye.

Para Tejeda soltábamos la barra estabilizadora delantera para perder menos tracción. El comportamiento del coche mejoraba algo y perdíamos 16 con Ojeda, líder del rallye. El error de la monta de neumáticos me estaba costando la prueba.

Llegaba el último tramo de la primera etapa, San Mateo, donde seguía estando mojado el tramo y había que pasarlo para llegar a meta. Seguíamos dándonos muchos sustos pero aguantábamos el ritmo. Al llegar a la paella de Cueva Grande, hacia un trompo completo y se calaba el motor, al arrancar tenía que maniobrar para poder seguir el tramo. En meta el tiempo era fatal, perdíamos 39 segundos con respecto a mi hermano, que hacia el mejor tiempo.

Al llegar a la asistencia estaba muy desmoralizado, de ir ganando el rallye pasaba al cuarto puesto. Había logrado ir ganando en dos ocasiones el rallye y por dos errores míos estaba a 1´06´4 de Ojeda, 32 segundos de Viyes y 4´7 de Piñon. Después de dejar el coche en el parque cerrado me acercaba al garaje de mi hermano Jose para coger ruedas mixtas del B.M.W. M-3 por si llovía el segundo día. Llegaba a mi casa muy tarde.

Sólo dormía cuatro horas, porque a las 5:30 de la madrugada desidia subir a la Cruz de Tejeda para comprobar con que condiciones de tiempo me iba a encontrar. Al llegar al Mirador de Tejeda comprobaba que el tiempo seria de seco y les comunicaba a mis mecánicos la monta que me tenía que preparar. Llegaba a mi casa a las 8 de la mañana para refrescarme y desayunar.

Decidía llegar antes al parque Santa Catalina para reunirme con mi equipo y planificar la segunda etapa, donde mi planteamiento no era otro que intentar ganar. Les pedía a mis mecánicos que me pusieran en el coche los palieres de repuesto y la herramienta necesaria para hacer el cambio si tenia problemas, pero ellos me comentaban que era lastrar mucho el coche y para intentar ganar había que ir con el menos peso posible. Tenían razón pero mi decisión era llevarlos, ya que, quería ganar y eso implicaba hacer unas fuertes arrancadas en los tramos además de cortar por todas las cunetas posibles con un riesgo de retirarme.

Llegaba al primer tramo de esta segunda etapa, que no era otro que el circuito Islas Canarias. Salía muy deprisa y en la parte lenta cometía el error de intentar tirar del freno de mano, que al no enganchar tenia que dar marcha atrás. Estaba enfadadísimo y me estaba saliendo fatal el tramo y, para terminar de meter la pata, en una curva lenta que el coche no giraba para no dar marcha atrás me llevaba por delante todas las pancartas publicitarias rompiendo el parachoque y un palier, perdiendo 9´4 con la cabeza. Parábamos en la puerta del circuito y comenzaba un fuerte trabajo para cambiar el palier con Rubén. Se nos complicó y tardábamos 20 minutos, ya que, la piña de la caja se atascaba y Rubén se partía el alma para repararlo. Se acumuló mucho público y prensa, que en todo momento actuaron correctamente para dejarnos trabajar y solamente mi amigo Ányelo Padrón me avisaba de la herramienta que se nos quedaba en el hueco del motor. Fueron unos momentos de mucha tensión.

Llegábamos a Cueva Grande justo en nuestro minuto. Estaba agotado y tenía que salir en el tramo. Tras hablar con Rubén decidía seguir intentando remontar y salía como si me jugara el rallye en ese tramo. Arriesgaba y no cometía errores. En meta marcaba el mejor tiempo, sacándole 11´1 a Vinyes, 16´4 a Ojeda y 22´2 a Piñon, al que le quitaba la tercera plaza.

Para Artenara cambiamos los neumáticos de tren, porque entre el enlace y el tramo había castigado mucho los delanteros, salía a por todas con algunos sustos, pero afinando mucho en mi paso por el dichoso cruce de las Emisoras, la bajada a Pinos de Galdar me estaba saliendo bien y en meta de Ariñez le sacábamos 8,6 a Vinyes, 15,7 a Ojeda, había que seguir intentando ganar el Rallye.

Llegaba el tramo de Teror y volvíamos a correr muchísimo sobre todo atacando en la bajada al Zumacal, me comía todas las cunetas posibles y sin cometer errores, en el control stop nos daban los tiempos, le sacábamos 8,6 a Vinyes y 15,7 a Ojeda.

Al llegar a la asistencia se revisaba el coche y montábamos neumáticos nuevos, ya éramos terceros a 28,2 de Ojeda y 6,5 de Vinyes, había que intentar ganar pasara lo que pasara.

Volvía al circuito y desidia casi parar el coche en todas las curvas lentas, no me podía permitir tener que dar marcha atrás en ninguna de ellas, lograba pasarlas todas y marcaba el segundo mejor tiempo restándole 1,0 a Vinyes y 1,4 a Ojeda.

En San Mateo con algo de niebla seguíamos atacando para intentar coger a Vinyes y Ojeda, me salía bien el tramo, pero en meta me llevaba un buen palo, solo le había sacado 5,9 a Ojeda, aunque le quitábamos el segundo puesto a Vinyes, estaba claro que Ojeda intentaría que no le diéramos caza.

Para Artenara-Pinos de Galdar cambiábamos las ruedas de tren para seguir intentándolo, salía a por todas y me salía bien el tramo con sus correspondientes sustos a ese ritmo, al llegar a meta le recortábamos 8,4 a Ojeda que seguía atacando para no perder el primer puesto.

Quedaba el ultimo tramo de Teror y la diferencia con Ojeda estaba en 12,9, mucho para cogerlo, le comentaba a Rubén que lo iba a intentar y decía que no podíamos cometer el error de salirnos o romper en el ultimo tramo y que teníamos que pensar en el Regional, pero yo le decía que quería ganar el rallye y que no me importaba el regional, ya que, llevábamos dos días jugándonos en tipo por ganar el rallye y no podíamos tirar la toalla. Al pasar por una casa que tenia una puerta de garaje abierta, le preguntábamos al dueño si le podía dejar algunas cosas y quitábamos del coche la rueda de repuesto, gato, llave de ruedas, makita, pector, herramienta, bote de aceite, bote de liquido de freno, los dos palieres de repuesto y papeles del rallye, el hombre no salía de su asombro. En la salida del tramo el publico nos animaba y salía todo lo deprisa que podía, aunque no tardaba en llegar el primer susto en la primera paella al comerme todo el interior, en la zona de bajada al Zumacal apuraba todas las cunetas posibles y en una curva de derechas el coche se paraba, se había saltado el desconectador interior, corriendo lo volvía a conectar y seguía a matarme en la parte final del tramo, al llegar a meta estaba todo el mundo esperando los tiempos. No lo habíamos logrado le recortábamos 8,2, por lo que, nos habían faltado 4,7 para ganar, teníamos que estar contentos porque lo habíamos intentado después de muchos problemas.

Al llegar al parque Santa Catalina me encontraba con todo mi equipo y amigos muy emocionados, la verdad es que me hacían saltar las lagrimas de alegría, había sido un rallye que nos merecíamos haber ganado pero la mala suerte no nos lo permitió, aunque en todo momento lo intentamos.

Para terminar, agradecer a toda la afición como se volcaron con nosotros y por ese motivo me duele mas no haberles podido dar ese triunfo.

Saludos y hasta el próximo rallye.
Antonio Ponce
Deportista
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